jueves, 1 de noviembre de 2007

“La llaman Josefa”

- “Aún no sé cómo llegué hasta aquí. Aunque, tal vez sí lo sepa. Estoy aquí porque yo misma me lo propuse, resguardada bajo las alas del Señor. El camino fue largo y duro, pero cada caída fue definitiva para estar donde estoy. Tenía miedo…mucho miedo…aún lo tengo….Pero no puedo dejarme vencer, debo seguir adelante y lograr el propósito. La guerra sólo se perderá si los hombres pierden su fe…no puedo permitirme eso…¡Ayúdame Señor!”.

Lejos de la tierra que la vio nacer, Josefa emprendió el camino hacia una victoria indiscutible. El sol, los cardones y la dulzura de sus frutos convertidos en flores, la inspiraban a continuar adelante a pesar de la lucha que siempre debió enfrentar desde el momento en que llegó a este mundo.

La fortaleza de su alma y su corazón, sencillos y guerreros, no cabían en el diminuto cuerpo de mujer que aparentaba la fragilidad de una rosa. Su rostro de facciones casi virginales, pero tostado por los implacables rayos que bañan las doradas arenas de este lado del mar, reflejaba una vida y un mundo plenos de esas contradicciones que son capaces de marcar el espíritu de un individuo, de un pueblo, o de una nación entera.

Sus cabellos oscuros como la noche, pero tan brillantes como si los acariciara un rayo de luna, se rebelaban traviesos ante el orden que imperaba en la época; semejantes al niño que gusta trepar a los árboles para conocer qué hay más allá del horizonte.

Los ojos azabaches como luceros fulgurantes, eran capaces de guiar a un pelotón entre la penumbra, brindándole la alegría y seguridad que necesitan sus integrantes. Los labios delgados y definidos, eran el marco perfecto de una pequeña boca que pronunciaba las más insospechadas palabras provenientes de mujer alguna.

El hecho de haber nacido allí donde nació, y precisamente en esa época de incertidumbre, lo hacía todo más inverosímil, convirtiendo a Josefa en lo que hoy es, a pesar de los cuestionamientos que ella aún se hace desde el lugar donde se encuentra.

Corría el año de 1791, y los verdes campos del hato Aguaque, ubicado entre el Picacho de Santa Ana y Pueblo Nuevo, contrastaban con la aridez de la Península de Paraguaná.

Doña Ignacia Talavera y su marido, don Miguel Camejo, despertaron sobresaltados por las fuertes contracciones experimentadas por la mujer durante la madrugada, y luego de varias horas de trabajo de parto, Josefa Venancia de la Encarnación, vio la luz por primera vez a principios de la tarde del 18 de mayo, rompiendo el silencio vespertino y despertando el trinar de los pájaros con su llanto de niña que grita a los cuatro vientos su llegada al mundo.

Desde su infancia fue habilidosa. Como todos los pequeños del campo, gustaba de correr entre los árboles y perseguir a los chivos y cabras que de vez en cuando se tropezaba por el camino. Con frecuencia trataba de domesticarlos para convertirlos en los soldados de un ejército que defendería la libertad de la naturaleza.

De espíritu audaz, la pequeña Josefa huía de las manos de su madre durante los paseos en familia y retaba al padre a vencerla en las carreras. Mientras en la noche, soñaba con alcanzar la cumbre del Cerro Santa Ana e iniciar, en las alturas, la construcción de una ciudad mágica repleta de la libertad de acción y pensamiento que los ciudadanos de la época tanto anhelaban.

Desde sus primeros pasos, la joven recibió una excelente educación, gracias a la buena posición económica y social de su familia. No con mucho agrado fue llevada a Coro a estudiar en el Colegio de las Salcedas; institución educativa donde las monjas le enseñarían todo lo necesario para ser una señorita de “bien”, madre, esposa y dama de intachable conducta.

Pero Josefa sabía que fuera de los altos muros del plantel, la vida le podía ofrecer mucho más que convertirse en una mujer sumisa y respetuosa de las normas que la sociedad le implantaba.

Tratando de desplegar sus alas y volar lejos de la jaula donde estudiaba, se alió con algunas compañeras de clase para cometer travesuras y divertirse con juegos que le permitieran recordar sus correteos por el campo.

- “Son cosas de niñas, no se moleste Sor María, ya aparecerán sus libros”.
- “Sor Elizabeth: hay que sacar a la lagartija de la biblioteca y encerrar en sus jaulas a los conejos que se están devorando el jardín”.
- “Recuerde Sor Carmela, cerrar con llave la puerta de la cocina para que Josefa, Luisa y Teresa no cambien el contenido de los frascos de especias”, repetía casi a diario la Madre Superiora.

Catalogada como “revoltosa”, la pequeña de ojos picarescos fue trasladada a Caracas a continuar estudios con las Monjas de la Concepción. Fue allí, mientras se deleitaba con la belleza del Ávila que tanto le hacía recordar la majestuosidad del Cerro Santa Ana, cuando escuchó hablar de los acontecimientos del 19 de abril y 5 de julio de 1811.

En ese momento, recordó escena por escena, el sueño recurrente de la conquista de su querido cerro paraguanero, y cómo ella, con sus manos infantiles e inocentes, colocaba las primeras piedras que conformarían la ciudad de anhelo. Por un instante, se trasladó imaginariamente hasta la cima del guardián de la península y se vio a sí misma liderando al ejército de personas que la ayudarían a conseguir su nuevo objetivo.

- “Eso es demasiado para una jovencita de su edad –opinaron los adultos que la rodeaban-, lo más conveniente es alejarla de las ideas revolucionarias de la sociedad caraqueña y enviarla a Mérida; allí se educará bien y no se llenará la cabeza de pensamientos incoherentes de lucha y libertad”.

Pero ni la tranquilidad del aire merideño, ni la pasividad de sus habitantes contagiaron el alma de la Camejo. Los años no hicieron que sus ideales republicanos y espíritu guerrero se apaciguaran. Al contrario, el ardor juvenil se manifestaba en cada una de las acciones, y su personalidad batalladora no era bien vista en la sociedad de entonces.

Desprecios, conflictos y juicios errados, formaban parte de la cotidianidad de Josefa, quien, de espíritu sensible, debía protegerse con una coraza.

Es así cuando huyendo de la maledicencia, se refugia en los llanos de Barinas, los cuales le devolvieron la libertad de acción y pensamiento que tanto clamaba.

Su tío materno, Mariano de Talavera, era el Vicario de la ciudad, y bajo su brazo protector alimentó los deseos de liberar la Provincia de Coro del yugo de las tropas realistas.

Josefa, ahora convertida en una hermosa joven, conservaba el brillo fulgurante de sus ojos azabaches y la astucia en la mirada y sonrisa, que la acompañarían hasta el fin de sus días.

Amante de la música y las artes, gustaba de los bailes celebrados en las casas de amplios corredores que poseían las familias amigas de su tío.

Fue precisamente durante uno de esos bailes, cuando conoció a Juan Nepomuceno Briceño Méndez, coronel barinés y Jefe de las Caballerías de Apure.

Su primera impresión no fue del todo grata, pues le pareció que era uno más de esos caballeros de sociedad que pregonaban la libertad de la república pero se rendían a los pies de la corona española. Fue Talavera, quien le habló sobre el llanero y sus innumerables virtudes, y quien tiempo después los casaría ante el altar de la catedral barinense.

Josefa, acostumbrada a vivir a su albedrío, escapando de las ataduras y limitaciones impuestas por la sociedad, juró durante su adolescencia no convertirse en una mujer servil, ni limitarse al claustro del hogar. Por tal razón, aunque había conocido a jóvenes caballeros que se habían interesado en ella, su belleza de mujer dominante los alejaba. A la vez, sus personalidades de hombres comunes no le atraían en lo absoluto.

Pero ahora se presentaba este extraño individuo de físico poco agraciado, de personalidad tan fuerte como la de ella, pensamientos revolucionarios y modales gentiles que contrastaban con el comportamiento del guerrero.
Ese hombre era capaz de mirarla a los ojos sin intimidarse, sintiéndose atraído por su avasallante personalidad y vitalidad femenina.

Cada vez que estaban cerca, ambos experimentaban la misma sensación: los latidos del corazón se aceleraban, les faltaba la respiración, sus ojos desprendían un extraño brillo, sus mejillas se sonrojaban y sus labios se hinchaban hasta el punto que sólo podían ser calmados con el roce de un beso.

Si estaban lejos, pensaba el uno en el otro y se soñaban paseando a caballo con entera libertad. Por eso, contando con la bendición de Dios, decidieron continuar el camino juntos y cumplir con la campaña militar por el llano venezolano.

Durante uno de esos recorridos por las sabanas, Josefa sintió malestar durante varios días, sobre todo en las mañanas. El diagnóstico del médico fue certero: estaba esperando un hijo.

Pese al deseo de continuar viajando con su marido, tuvo que guardar reposo en el hogar, acompañada de su madre. Sin embargo, se mantuvo al tanto de cuanto sucedía en la lucha independentista, y asistía –cuando le era posible- a las reuniones con los militares activos.

El nacimiento de un pequeño varón a quien llamó Wenceslao, colmó su vida de felicidad y la impulsó a combatir con mayor ahínco por la causa republicana. El niño era el fiel retrato de su madre, tan vivaz como ella durante su infancia. De adulto, –cuentan quienes lo conocieron- se convirtió en un insigne geólogo dedicado a la investigación en el área petrolera.

Ya daba sus primeros pasos Wenceslao, cuando el ejército realista emprendió la invasión territorial. En Barinas, la labor fue dirigida por el Comandante José Antonio Puy, quien iba dispuesto a todo, sin medir consecuencias.

En contraposición, la orden emitida por el ejército patriota comandado por el coronel Briceño Méndez y su esposa Josefa, fue la de emprender la retirada hacia San Carlos.

La angustia que reinaba en el ambiente, se sumaba a los disparos de fusiles de ambos ejércitos; situación que enmarcada en torrenciales lluvias que inundaban los caminos y hacían crecer los cauces de los ríos, resultaba aún más desesperante.

A bordo de botes, las familias de Barinas desalojaban la ciudad y cruzaban el río Santo Domingo corriendo el riesgo de sufrir algún accidente. El mismo riesgo que asumió doña Ignacia Talavera de Camejo, cuando en medio de un cruce de disparos y una fuerte lluvia, murió cuando el bote donde viajaba se volteó, sin poder ser rescatada por su hija. Este hecho se convirtió en un motivo más para que Josefa decidiera, a como de lugar, retirar las tropas realistas del territorio de la Gran Colombia.

Con el corazón lleno de rabia, pero también de amor por querer lograr la emancipación del suelo que la vio nacer, al llegar a San Carlos Josefa entabló junto con su esposo, una entrañable relación de amistad con el general Rafael Urdaneta, diseñando los tres, numerosas estrategias de guerra.

Reconocida por todos como una de las activistas más radicales de la causa patriota, la guerrera mujer fue perseguida en todos los sitios donde se residenciaba. Al dejar San Carlos, se refugió en Nueva Granada, y de allí se trasladó a Santa Fe de Bogotá, teniendo que disfrazarse de pordiosera para escapar con vida de sus enemigos.

Aprovechó la estancia en cada uno de esas ciudades, para conformar ejércitos de hombres que se sublevaban a sus órdenes y estaban prestos al enfrentamiento, con tal de lograr incorporar a la Provincia de Coro en la lucha emancipadora de la República de Colombia.

Trascurrían los primeros meses del año 1821, cuando llega a la península de Paraguaná el tío adorado de Josefa, con quien compartía los firmes ideales revolucionarios, valentía y amor patriota: el sacerdote Mariano de Talavera y Garcés.

Una vez radicado en la zona, emprende la labor que lo convertiría en un personaje de gran trascendencia para la historia de Coro y toda la península, misma que alcanzó cumplir contando con el apoyo, entre otras personas, de su sobrina.

Fue en esa misma época, cuando Josefa viaja a Maracaibo para acordar con el General Urdaneta todo lo concerniente a la proclamación que efectuaría en tierras paraguaneras, relativa a la integración de la provincia coriana en la batalla bolivariana, retando así al ejército y a los civiles leales al Rey Español.

Al tanto de la situación, el padre Talavera se dirige a Pueblo Nuevo en compañía del Teniente Juan Garcés Manzano, entablando relaciones con los habitantes de la región quienes estaban a favor del ejército patriota, comprometiéndose con acompañar a Josefa en el logro de la campaña.

A medida que pasaban los días, la expectativa se incrementaba tal como lo hacía el fervor del pueblo. A finales de abril regresa Josefa, a quien le informan que algún infiltrado delató el plan.

Llena de coraje y valentía, la mujer planifica junto con su esposo la toma de la casa de gobierno de Pueblo Nuevo. La noche del dos de mayo, Josefa no duerme, se encomienda a Dios, y le ruega la siga llenando de fortaleza para enfrentar la lucha que se avecina, se confiesa con su tío, y se reúne con los cuarenta hombres bajo su mando, girándoles las últimas instrucciones. Se retira a su habitación y permanece en vela el resto de la noche, esperando con ansias el amanecer del tres de mayo, fecha en la cual da el paso definitivo.

Días atrás había manifestado a su caballo de nombre “Redentor”, que debía contar con su apoyo para lograr el objetivo que se había trazado. Esa noche lo alimentó, le dio de beber y cepilló sus crines amorosamente, acicalándolo como si lo preparara para una celebración.

Redentor fue un regalo de su marido al ella cumplir los 29 años de edad, y lo fue entrenando poco a poco para ese momento que por fin había llegado. A diario lo montaba y le susurraba al oído palabras que sólo ellos dos comprendían.

Al llegar la madrugada del tres de mayo de 1821, partió desde Aguaque acompañada de su ejército y portando entre sus manos la bandera tricolor de la Gran Colombia. A caballo, el grupo libertador emprendió el camino hacia la victoria.

A su paso por Baraived y Miraca, los patriotas se enfrentan con pelotones realistas, quienes –como es natural- muestran resistencia, pero logran sortear los obstáculos luego de sumar durante el recorrido unos veinte aliados más, quienes le informaron que el Comandante José Francisco Petit partió de El Vínculo acompañado de un gran contingente de hombres.

Aún más fortalecidos, Josefa y sus soldados llegan a Pueblo Nuevo bajo el inclemente sol del mediodía, rápidamente se dirigen al cuartel donde está el Teniente patriota Segundo Primera y varios sub oficiales, saludándolo con un grito de: ¡Viva la Revolución!, pero el militar se muestra reacio a la campaña emprendida por la paraguanera.

Indignada ante el comportamiento para ella cobarde, lo mira fijamente a los ojos, sorprendiéndose el hombre con el par de luceros femeninos, los cuales emitían un brillo tan intenso que prácticamente se sintió hechizado; aceptando sin emitir palabra alguna que la Camejo le coloque la pistola sobre el pecho y le grite: “Si usted no procede, procederé yo. ¡Viva Colombia!”.

En ese instante llega el Comandante Petit liderando a unos doscientos hombres. El contingente armado, bajo las órdenes de Josefa, se dirige a la Casa del Cabildo, sede de las autoridades realistas. Mientras, el pueblo se encontraba reunido en la plaza central celebrando con gran alegría el triunfo inminente del ejército patriota. No había más nada que hacer, una parte de los representantes del gobierno español huyó y el resto se entregó…

Lo demás es historia, y un árbol de cují es testigo de lo ocurrido…

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Siglos después, Josefa continúa luchando; su caballo “Redentor” es fiel compañero de sus hazañas; ahora millones de hombres y mujeres la siguen en su batalla. Hizo realidad parte de su sueño infantil: conquistó la cumbre del Cerro Santa Ana, pero no ha podido culminar la construcción de la sociedad ideal…le faltan muchas piedras.

- “Es verdad. Sí sé cómo llegué aquí. Por un momento lo olvidé, pero volvió a mi memoria. De vez en cuando me ocurre eso. Luego de tantos años es difícil recordar, pero yo rememoraré mi pasado si tú me ayudas. Hoy sólo me queda disfrutar con Luisa de las vivencias de la época; de las melodías interpretadas por Teresa y de los hermosos textos de su amiga del mismo nombre”.

Un Encuentro para apoyar (y II)

En la entrega anterior hacía referencia a algunas de las conclusiones obtenidas en el III Encuentro Nacional de Estudiantes con Discapacidad del sector universitario, celebrado del 18 al 20 de octubre en la ciudad de Coro, y que sirvió para promover y difundir el Proyecto de Ley para Personas con Discapacidad aprobado en su primera discusión por la Asamblea Nacional el 13 de julio de este año, pero que actualmente está siendo sometido a una consulta popular.
Según el proyecto legal (disponible en la página web de la AN), entre los derechos que tendrán las personas con discapacidad se encuentran los siguientes:
- Trato social justo y protección familiar: Estas personas no podrán ser objeto de trato discriminatorio o desconsiderado por razones de discapacidad, ni desatendidas, abandonadas o desprotegidas por sus familiares cercanos, quienes están en la obligación de protegerlas, cuidarlas, alimentarlas, proveerlas de vivienda, vestido, educación y procurarles asistencia médica, social y comunitaria.
- Derecho a obtener para uso personal ayudas técnicas como prótesis mecánicas o electrónicas, oculares y auditivas, soportes ortopédicos para marcha, muletas, bastones, andaderas, sillas de ruedas, instrumentos, equipos o aparatos que requieran para su mejor desenvolvimiento. Siendo el Estado el responsable de proveer los recursos necesarios para la adquisición de ayudas técnicas y material pedagógico, a las personas con discapacidad que no posean los recursos económicos suficientes para ello.
- Educación: Derecho a asistir a un centro educativo de carácter público o privado para obtener educación, formación o capacitación.
- Educación sobre discapacidad: El Estado a través del sistema de educación regular, debe incluir programas permanentes en todos sus niveles y modalidades, los cuales deben impartirse en instituciones públicas y privadas, con objetivos educativos que divulguen los principios constitucionales correspondientes y los valores de dignidad, respeto, consideración, solidaridad, equidad, no discriminación y derecho a la participación en condiciones de igualdad, en relación con las personas con discapacidad. Asimismo, debe incluirse la educación, formación y actividades especiales en relación con la prevención de la discapacidad.
- Empleo: Las instituciones nacionales, estadales, municipales y parroquiales, así como las empresas públicas, privadas o mixtas, deberán incorporar a sus planteles de trabajo no menos de un cinco por ciento (5 %) de personas con discapacidad, de su nómina total, sean ellos ejecutivos, empleados u obreros.
- Cédula de identidad: La cédula de identidad otorgada a las personas con discapacidad comprobada, deberá indicar tal condición y el tipo de discapacidad de quien la porte.
- Identificación de vehículos: Las personas naturales, organismos, instituciones u organizaciones de y para personas con discapacidad que sean propietarios de vehículos automotores, deberán identificarlos con el símbolo internacional de personas con discapacidad, y tendrán derecho a portar una placa especial expedida por las autoridades competentes.
- Animales de asistencia: Las personas con discapacidad que tengan como acompañantes y auxiliares animales entrenados para sus necesidades de apoyo y servicio, debidamente identificados como tales, tienen derecho a que permanezcan con ellos y las acompañen a todos los espacios y ambientes donde se desenvuelvan.
- Exoneración de impuestos, tasas y derechos de importación de ayudas técnicas, equipos, aparatos, utensilios, instrumentos, materiales y cualquier producto tecnológico útil y necesario que posibilite la integración personal, familiar o social de las personas con discapacidad.
- Difusión de mensajes sobre discapacidad: Los medios de comunicación privados y oficiales, en todo el territorio nacional, transmitirán y publicarán mensajes dirigidos a la prevención de enfermedades y accidentes discapacitantes y la difusión de mensajes sobre discapacidad.
- Cumplimiento obligatorio de las Normas COVENIN (Comisión Venezolana de Normas Industriales) en la planificación, diseño y ejecución de obras de desarrollo urbano y rural referidas a la accesibilidad y transitabilidad de las personas con discapacidad.
- Puestos de estacionamiento: Los estacionamientos de uso público tendrán espacios exclusivos para vehículos que transporten o sean conducidos por personas con discapacidad físico motora, ubicados inmediatamente a las entradas a las edificaciones o ascensores.
- Asientos para personas con discapacidad en el transporte público: Cada unidad de transporte público debe tener por lo menos un puesto para personas en silla de ruedas, adaptado con seguridad de sujeción inmovilizadora. Tales puestos serán identificados con el símbolo internacional de discapacidad y podrán ser ocupados por personas sin discapacidad, mientras no haya alguna que requiera su uso. Asimismo, esas unidades de transporte colectivo deben poseer estribos, escalones y agarraderos que brinden seguridad a los usuarios con discapacidad o movilidad reducida, teniendo rampa elevadora para sillas de ruedas en la puerta posterior.
- Descuentos del 50 % en pasajes de transporte terrestre, aéreo o acuático, siendo el Estado el responsable del subsidio correspondiente para garantizar este beneficio.
- Accesibilidad en terminales terrestres, puertos y aeropuertos.

Con estos beneficios, entre otros, la aprobación en Venezuela de la Ley para personas con Discapacidad significaría un claro ejemplo de inclusión social y nos colocaría al nivel de las grandes ciudades del mundo donde se valora al ser humano por lo que es y el aporte que pueda brindar a la sociedad, eliminando las barreras económicas, políticas, sociales, físicas y psicológicas que le impidan demostrar su potencial como persona integral.

Un Encuentro para apoyar (I)

Del 18 al 20 de octubre pasado, se celebró en la ciudad de Coro el III Encuentro Nacional de Estudiantes con Discapacidad pertenecientes al sector universitario. El evento, organizado por el Viceministerio de Políticas estudiantiles, la Universidad Central de Venezuela a través de su Cátedra libre Discapacidad y el Programa de Atención para estudiantes con discapacidad del Instituto Universitario de Tecnología Alonso Gamero, tuvo como escenario al Auditorio Ingeniero Pedro Laguna de esa casa de estudios.
Un nutrido grupo de jóvenes con discapacidades físicas compartieron sus experiencias como estudiantes de la UCV, UPEL, LUZ, IUTAG y URBE, dejando en claro que las limitaciones no están en el cuerpo sino en la mente de cada una de las personas, y que cuando el ser humano desea algo con ahínco, es capaz de conseguirlo sin importar los obstáculos que se le presenten.
Producto del análisis en ocho mesas de trabajo, docentes, estudiantes y público en general presentaron una serie de propuestas para ser incluidas en el Proyecto sobre el Derecho de las personas con discapacidad en Educación Superior coordinado por Lucía Pestana, quien estaba presente en el acto. Entre las sugerencias se encuentran las siguientes:
- Las instituciones universitarias deben adecuar sus instalaciones y eliminar las barreras arquitectónicas que impiden la movilidad de jóvenes con deficiencias visuales o motoras, ampliando el tamaño de los ascensores y de los baños para ubicar sillas de ruedas; construyendo rampas de acceso en cada una de las áreas de los edificios y puertas especiales en las unidades de transporte; dotando de mesas o pupitres adaptados a discapacidades motoras, y contando con tecnología de punta que facilite el estudio a las personas con discapacidad, tal como impresoras y grabadoras de Braille o lectores Kuzweil (máquina que convierte el texto escrito en voz humana sintetizada).
- Incluir como materias obligatorias en el currículo de todas las carreras universitarias la enseñanza de la Lengua de Señas Venezolana (LSV) y una cátedra sobre Discapacidad, con la finalidad de sensibilizar a todos los estudiantes sobre la realidad que viven estas personas y cómo pueden ayudarlas a lograr una perfecta integración social, además de reconocer el valor que poseen como individuos.
- Aunado a esto, se requiere capacitar a los docentes de educación superior para que sepan cómo enseñar y evaluar a sujetos con discapacidades, adquiriendo herramientas pedagógicas adecuadas y flexibilizando los planes de evaluación sin tener que favorecer a los alumnos sino equiparándolos con el resto del grupo.
- De igual manera, el bachiller Gregori Arango, en representación de la UCV, sugirió la conformación de grupos de estudiantes voluntarios para facilitarles las actividades académicas a jóvenes con discapacidad, en cuanto a la creación de textos, transcripciones en computadoras o lecturas de guías; instando al resto de los presentes a exigir sus derechos como estudiantes e individuos inmersos en una sociedad.
Con relación a esto, en las últimas semanas se ha estado debatiendo a nivel nacional el Proyecto de Ley para personas con Discapacidad, realizando consultas populares antes de ser aprobada en definitiva por la Asamblea Nacional. Como antecedente, la Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, en su artículo 81 establece: “Toda persona con discapacidad o necesidades especiales tiene derecho al ejercicio pleno y autónomo de sus capacidades y a su integración familiar y comunitaria. El estado, con la participación solidaria de las familias y la sociedad, le garantizará el respeto a su dignidad humana, la equiparación de oportunidades, condiciones laborales satisfactorias, y promoverá su formación, capacitación y acceso al empleo acorde con sus condiciones, de conformidad con la ley. Se les reconoce a las personas sordas o mudas el derecho a expresarse y comunicarse a través de la lengua de señas venezolana”.
Ante la importancia del proyecto legal que promueve la inclusión social de las personas con discapacidad, es preciso conocer sus propuestas. En tal sentido, dicho documento (disponible en la página web de la AN) define discapacidad como “la condición compleja del ser humano constituida por factores biopsicosociales, que evidencia un déficit físico, mental, sensorial, intelectual o visceral que cause alteración fisiológica, a las limitaciones en la actividad, y restricciones en la participación”.
Por otra parte, se explica que las personas con discapacidad son todas aquellas que por causas congénitas o adquiridas presenten alguna alteración de sus capacidades sensoriales, motrices o intelectuales, de forma temporal o permanente, que impliquen desventajas para su participación e integración a la vida familiar y social. Reconociéndose entre ellas a las personas sordas y con discapacidad auditiva, ciegas y con discapacidad visual, sordociegas, con retardo mental, con discapacidad intelectual, con alteraciones de la integración y la capacidad cognoscitiva, autistas, amputadas, y con discapacidad motora de cualquier tipo.
En una próxima entrega se presentará un resumen de los derechos que serán adquiridos por las personas con discapacidad una vez promulgada la ley que las protegerá en el territorio venezolano.

La chica super poderosa ( y II)

En la primera parte de este artículo publicada la semana pasada, planteamos que la comunicación ejerce un enorme poder en la vida de los seres humanos. Gracias a ella estamos sobre la faz de la tierra, reproduciéndonos; evolucionando intelectual, cultural y tecnológicamente; estableciendo vínculos personales, sociales, políticos, religiosos y comerciales entre individuos y países; viviendo y disfrutando de la magia de la palabra oral y escrita, así como de la maravillosa expresión de la pintura y la escultura, entre otras manifestaciones artísticas.
Desde que el hombre pobló la tierra, se vio en la necesidad de establecer un vínculo con los otros individuos, pues se dio cuenta que no podía sobrevivir sin la ayuda de sus semejantes. Para ello debió buscar una forma de expresar sus deseos, necesidades y emociones, surgiendo así la comunicación.
Al principio de la historia, el hombre se relacionó con sus pares por medio de gestos, ruidos y gruñidos. Luego lo hizo a través de los signos pictóricos, plasmando en las paredes de las cuevas que habitaba, imágenes dibujadas sobre la jornada de caza. A esto se le denominó arte mural o rupestre, expresado en pinturas, grabados y relieves. Data de la Era del Paleolítico Superior, y se ha conservado en las cuevas originarias existentes en diversos países de Europa. Las primeras pinturas conocidas del arte rupestre fueron las de la cueva de Altamira, ubicada en la provincia de Santander en España.
Posiblemente fue el toque del tambor, instrumento musical con mayor antigüedad, lo que dio lugar al primer código de señales acústicas. Tal vez, siglos más tarde, del sonido se pasó a la luz del fuego como señal visible, para establecer una comunicación entre tribus o pobladores separados por la distancia; constituyéndose así el uso del humo durante el día y de la llama del fuego durante la noche, en la primera señal visual conocida. Existen pruebas fehacientes de la utilización del humo como recurso de comunicación de algunas tribus de Norteamérica.
Renny Yagosesky (2001) plantea que de acuerdo con algunos estudios antropológicos, el origen de la comunicación humana se puede explicar mediante dos teorías: la Teoría Onomatopéyica, según la cual el hombre comenzó a hablar imitando los sonidos de la naturaleza, y la Teoría de las Interjecciones, que nos dice que el ser primitivo emitió los primeros sonidos articulados por la necesidad que tuvo de expresar lo que sentía, es decir, sus emociones y sentimientos.
Con el desarrollo del cerebro, el hombre aprendió a designar los objetos con ciertos sonidos y les dio nombres con los cuales se relacionaba. Pero debieron pasar 800 mil años para que el hombre pudiera desarrollar la capacidad de expresar sonidos completos en forma de palabras y oraciones comprensibles.
Una vez surgido el lenguaje hablado, el hombre se dio cuenta que necesitaba que sus emociones, ideas, pensamientos, actividades de supervivencia y comerciales, permanecieran en el tiempo y pudieran ser conocidas por su entorno y por las generaciones futuras, por tal razón inventó la escritura.
Se considera que el hombre comenzó a comunicarse por medio de la escritura hace 5 o 6.000 años a. C. Los primeras escritos conocidos fueron realizados por los egipcios y los mesopotamios hace aproximadamente cuatro mil años a.C.
Al principio, los signos fueron sólo dibujos de objetos, y su finalidad era referirse a esos objetos o expresar una idea sugerida. Así, por ejemplo, el dibujo del disco solar podía significar el Sol, pero también la idea de día. Esta manera de escribir, rudimentaria y simple, es conocida con el nombre de escritura pictográfica, es decir, escritura pintada. En Egipto y Mesopotamia, las primitivas escrituras también fueron pictográficas, pero luego esto cambió. Los signos dejaron de ser representación del objeto dibujado o de una idea para expresar, en cambio, el sonido de la palabra correspondiente a ese objeto. El dibujo del disco solar ya no representó al Sol o al día, sino al sonido de la sílaba sol.
Hacia el año 1000 a.C. los fenicios, pueblo comerciante de Oriente, inventó el primer alfabeto, del que, a través de griegos y romanos, deriva el nuestro.
En el transcurso del tiempo el lenguaje hablado y el escrito sufrieron una serie de cambios que los convirtieron en lo que son hoy en día. Según algunos investigadores, mientras el hombre evolucionó, experimentó cambios en su cerebro y en varios órganos relacionados con el sonido de la voz, tales como las cuerdas vocales, los huesos maxilares, y los músculos que permitían el movimiento de las partes responsables del habla.
A lo largo de los años, el hombre se dio cuenta que el contenido del mensaje transmitido a través de la palabra escrita o hablada, o por medio del lenguaje corporal, podía provocar reacciones positivas o negativas en el individuo receptor de ese mensaje.
La manera cómo nos expresamos, miramos o nos acercamos al resto de los hombres cuando entablamos una comunicación personal puede resultar agresiva o adecuada para ellos, de acuerdo con las palabras o gestos que empleemos y la manera cómo los damos a conocer.
Sabemos que la comunicación es fundamental en la vida, y sin ella no existiría la sociedad tal como la conocemos en la actualidad. Tampoco se lograría la resolución de conflictos ni la satisfacción de nuestras necesidades humanas.
La próxima semana trataremos el tema de la comunicación asertiva, la agresiva y la pasiva. ¿Cómo es tu estilo de comunicación?, pronto lo sabrás…¡Hasta la vista!

La chica super poderosa (I)

Gracias a ella se logra resolver problemas, establecer acuerdos, conquistar a la persona que nos atrae, sumar amigos, expresar nuestras ideas y hacer que el mundo gire cada día. También es la culpable –si no es bien manejada o si poco se manifiesta- de rupturas sentimentales, divorcios, malentendidos y conflictos personales, laborales, e incluso organizacionales. Es tan poderosa que puede deshacer, reanudar, fortalecer o debilitar las relaciones diplomáticas entre países.
Cuando es oportuna puede evitar crisis, pero cuando llega retardada o simplemente “no llega”, es capaz de generar caos.
Por ella estamos aquí, viviendo y disfrutando de los amplios beneficios que su tecnología nos ofrece. ¿A qué me refiero?, por supuesto que a la comunicación; cuyo poder es tan inmenso que ha logrado mover el mundo con sólo mencionarla.
Iraset Páez Urdaneta (Comunicación, lenguaje humano y organización del código lingüístico, 1995) plantea que la palabra “comunicación” proviene del latín communicare, e incluye las acepciones de “compartir” y “hacer común o público”.
En este sentido, Adolfo Carreto Hernández (Lengua y Comunicación, 1995) la define como “cualquier tipo de acción por medio de la cual un individuo hace participar a otro u otros individuos, utilizando los elementos que tienen en común, de las experiencias y estímulos del entorno”.
Como ya lo sabemos, la comunicación humana implica una relación de intercambio entre dos personas (o más) en la cual el mensaje fluye en ambas direcciones: “yo emito mi planteamiento, lo escuchas, luego tú emites el tuyo, yo lo capto con atención, analizamos ambas ideas y llegamos a un acuerdo”.
Me refiero a la comunicación humana, porque Renny Yagosesky (El poder de la oratoria, 2001) afirma que existe comunicación en varios niveles de la naturaleza:
* La comunicación biológica, que se produce entre los seres vivos y el ambiente, por ejemplo, cuando respiramos o durante el proceso de fotosíntesis de las plantas.
* La comunicación animal, que se produce cuando miembros de distintas especies de animales no humanos sienten necesidad de aparearse para conservar la especie, desafiar a sus rivales, marcar territorio, llamar a las crías o alertar la presencia de un depredador. Los animales se comunican entre sí por medio de un conjunto de símbolos llamados impulsos biológicos no racionales, pero no desarrollan un lenguaje estructurado como el ser humano.
* La comunicación humana es el tipo de comunicación que involucra un alto nivel de consciencia y acción voluntaria o intencional. Yagosesky la define como “el proceso de relación, mediante el cual expresamos y compartimos nuestra visión de la realidad, con la intención, consciente o no, de influir en los pensamientos, actitudes y comportamientos de quienes nos rodean”.
El autor señala que todo lo que decimos a los demás primero nos lo decimos a nosotros mismos en forma de pensamientos. A esto se le denomina Comunicación Intrapersonal (dentro de la persona), y tiene como finalidad analizar la importancia y pertinencia del mensaje a transmitir, para luego establecer una relación con los otros, mediante la Comunicación Interpersonal (entre personas).
El hombre es el único animal que puede utilizar símbolos para comunicarse, tales como palabras, dibujos, grafismos o números. Sólo él puede transmitir pensamientos, sentimientos, deseos y actitudes, comprendiendo e interpretando los diversos mensajes con los cuales es bombardeado a diario.
Pero aunque tenemos la facultad de comunicarnos por medio de las palabras, la escritura o los gestos, muchos de nosotros no sabemos emplear estos recursos al máximo. Nos resulta difícil conseguir las palabras adecuadas para expresar un sentimiento o alguna idea en un momento determinado; nuestra mente se queda en blanco al tener que redactar algún documento o no logramos coordinar nuestros pensamientos coherentemente; peor aún, decimos que nos sentimos bien, cómodos y felices, cuando nuestra espalda encorvada, hombros caídos y rostro demacrado manifiestan todo lo contrario.
Te invito a conocer los super poderes de esta chica, de ti depende aprovecharlos para lograr unas mejores relaciones. ¡Hasta la vista!

Belleza mancillada

Así como al conducir un auto, compartir la mesa con varios comensales, participar en una reunión laboral o practicar alguna disciplina deportiva debemos cumplir con una serie de normas; al comunicarnos por medio del lenguaje escrito hay que acatar ciertos lineamientos, los cuales se traducen en reglas ortográficas.
Aunque las formas de lenguaje más utilizadas en el diario acontecer son el oral y el corporal, es el lenguaje escrito el que perdura en el tiempo y quizás el que tiene mayor validez, por aquello de “las palabras se las lleva el viento” o que “papel firmado es hombre amarrado”.
Lo que aprendemos sobre las normas de ortografía en nuestra infancia es fundamental, y marcará nuestra “historia escrita”, pero no por otros, sino por nosotros mismos.
En mi reciente experiencia como docente universitaria me he topado más que con simples errores, con verdaderos “horrores” al escribir, los cuales resultan muy molestos al lector. A continuación transcribiré en negritas algunas de las palabras que los bachilleres con los que he trabajado, han dejado en informes, exámenes, ejercicios y resúmenes, como prueba irrefutable de las fallas que traen desde sus primeros años de escuela:
De un tiempo para acá muchas veces me he preguntado si una persona será más homrrada que aquella que sólo cuenta con la n y una r para ser calificada como poseedora de esta virtud.
Recientemente fui a coonversar con mi ginecólogo sobre la posibilidad de que un envaraso -escrito así- nos mantenga ajitadas por un tiempo menor a los nueve meses, sin que implique un riesgo para la madre y el bebé.
Haora debo ser cin sera y no sentirme nerbiosa, pues es nolmal que cometamos errores al pronunciar algunas palabras, pero cuando lo hacemos al escribir, la responzavilidad recae no sólo en nosotros, sino también en los adultos que participaron en nuestra crianza y educación.
Un error ortográfico equivale a una mancha en un blanco vestido de novia; quizás una pequeña pasaría inadvertida, pero al unirse varias manchas diminutas, forman una grande, y los invitados a la boda no podrán obviar lo susio del traje.
La costumbre de no leer, es la causa por la cual algunos jóvenes son capaces de escribir de manera errónea el nombre de una enfermedad tan comentada y conocida mundialmente como lo es el Cidad (sí, acertaron, el bachiller quiso referirse al Sida).
Espero que a pesar de su ortografía, aquellos que escribieron albor cuando querían referirse a un árbol, primabera, nédtar y sohológico, sean conscientes y no maltraten a la naturaleza como lo hacen con el idioma.
Mientras tanto, debemos seguir orientando a los niños y jóvenes sobre cómo corregir sus fallas en el lenguaje escrito y oral, además de inculcarles el interés por la lectura desde que empiezan a balbucear sus primeras palabras, pues los padres deben estar conscientes que en un mundo tan competitivo como éste la educación de los niños es primordial, y que la manera de hablar y de escribir proyecta la imagen de una persona, revelando su nivel cultural. Así que deben ser más severos con la ortografía que practican sus hijos, para que el día de mañana no se tenga que remitir su lenguaje a un kirófano, tratando de devolverle la veyeza perdida.

El hombre que todos debemos ser

Debo confesarlo, conozco muy poco sobre William Shakespeare, Moliere, las tragedias griegas, Otelo, Hamlet, o Romeo y Julieta. Tampoco sé sobre proyección de la voz, actuación, ni el método Stanislavski. Sólo sé que conocí a un hombre en el que la historia del teatro, su esencia, su magia, y las emociones que allí se experimentan se reunían, convirtiéndose en la piel, los huesos y los vellos que conformaban su cuerpo.
Un hombre de teatro, de literatura, de música y de títeres. Un hombre de risas y de ocurrencias, que ante los ojos de los demás ocultaba sus posibles tristezas y soledades, para reconfortarnos siempre con sus salidas brillantes y su picardía de niño grande, cubierta –sin embargo- de una sabiduría innegable. Un hombre de alta sensibilidad y un amplio bagaje cultural, experto en el arte de las tablas y del amor al prójimo.
Maestro de maestros. Ejemplo de entrega desinteresada y de desprendimiento material. ¿Por qué los seres humanos insistimos en aferrarnos a las cosas banales, superfluas, que aunque quizás hagan la vida más cómoda, no la hacen realmente placentera y exitosa?
Quienes tuvimos la dicha de conocerlo, sabíamos que podía maravillarse ante la sutileza de una imagen, la armonía fonética de una palabra o la intensidad de un texto. Acostumbrados a verlo en el lugar de siempre, preguntábamos por él al no encontrarlo donde era de esperarse. Ahora se fue; ya su físico no está con nosotros, pero su recuerdo y su grandeza espiritual permanecerán imborrables en nuestros corazones y en nuestras mentes.
Quienes algunas vez cruzamos pocas o muchas palabras con él, seguro recordaremos alguna frase brillante o un piropo bañado de la poesía que de sus labios brotaba de manera incesante.
Tal vez no se lo dije en vida, pero estoy segura que el respeto, la admiración y el afecto que sentía por él lo experimentó varias veces mientras conversábamos o simplemente lo escuchaba.
Discúlpeme profesor, pero ahora ya no lo extrañaremos cuando no lo veamos en su silla leyendo el periódico o preparando el café; pero es que no se puede extrañar a un hombre que se quedó en nuestra alma y que nos acompañará hasta el fin de nuestros días y más allá. Él se fue, pero nos quedan sus comentarios graciosos, sus juegos de palabras, sus lecciones de vida, su sonrisa barbuda y su inimitable ejemplo de humildad y de grandeza…¿Qué más podemos pedir si nos quedó la magia infinita de Carlos Miranda?